16.5.11

Dio(s). A rainbow in the dark.


Sing me a song, you're a singer

Do me a wrong, you're a bringer of evil.

Estábamos en la segunda mitad del año 2000. Y sí, para todos los que habíamos nacido aún en los años 80s, decir esa frase tenía algo del encanto de la ciencia ficción. Aún nosotros, los teenage-angst-noventeros, teníamos cierto respeto por el nombre mismo "Año 2000". Los magufos agoreros del desastre habían pronosticado muchas falacias de las que -curiosamente- ya casi nadie se acuerda pero que mucha gente se tomaba muy en serio (¿cuántos de ustedes recuerdan el apocalipsis en forma de computadora llamado Y2K?)... justo como ocurre ahora con el 2012.

Mi hermano mayor, responsable en buena medida de mi afición a grupos de rock que estuvieron de moda cuando yo chapoteaba en el kinder, ya vivía en la "gran ciudad" (donde ambos nacimos, por otra parte) y yo todavía era un imberbe estudiante preparatoriano sin grandes preocupaciones. La etapa de mi adolescencia que pasé en los años de prepa fue la mejor, sin duda. Aficionado a tocar una guitarra eléctrica que fue regalo por graduarme bastante satisfactoriamente de la secundaria y descubriendo lo que podía entre muchos grupos de rock, con acceso bastante limitado en un pueblito, y con conexiones a internet que ahora nos cuesta trabajo imaginar (y que sospecho que, si lo intentáramos, moriríamos de una apoplejía).

Yo tenía muchísimo tiempo sin ir a un concierto. La distancia y los días de presentación eran el problema principal, aunque en ese tiempo tampoco me importaba demasiado. En cada viaje a la Ciudad de México (que eran bastante seguidos) procuraba atascarme de la mayor cantidad de discos posible, con las reducidas posiblidades económicas de un estudiante, en las tiendas de Mixup, que se me antojaban míticas. Quería comprar todo al momento de entrar a una (bueno... eso aún sucede).

En una visita a un tienda llamada "El Disco Recuerdo" que se encontraba en la horrorosísima ultramegakitsch "Plaza de las Estrellas" (nuestro paseo de la fama, como el de Hollywood, we) compré un disco llamado "Machine Head", de una banda de nombre Deep Purple. Al momento de probarlo, sonaba viejito, pero increíble. Identifiqué "Smoke on the water", pero ninguna otra canción me era muy familiar hasta el momento. Fue suficiente para hacerme fan.

Un día recibí llamada telefónica de mi hermano para informarme que Deep Purple venía a México. Bien. Que tocarían el legendario "Concerto For Group And Orchestra" con la Orquesta de las Américas. Excelente. Y que venían acompañados por Ronnie James Dio. ¿Quién?


El nombre me sonaba extrañamente familiar. Vi algunas de las revistas de rock que tenía por ahí y, efectivamente, ahí aparecía. Yo no recordaba nada suyo; en ese momento lo que más escuchaba era Metallica, Europe, Van Halen, Queen, Bon Jovi, Def Leppard, Aerosmith, Guns N' Roses, Skid Row... y no tenía mucho a la mano para salir de mi ignorancia. Esperaría al día del concierto; encargar un disco no estaba ni en mis posiblidades económicas en ese momento, ni en las de la tienda de discos de allá.

Llegó el día del concierto. Todo "padrísimo", excepto en las partes calmadas. Un grupo de simios amaestrados gritando "quereeeeemos rrrrrock" y silbando arruinó algunos momentos... hasta que apareció Dio. Desde el lugar donde me encontraba, y al observar el greñero que traía, mi primera reacción fue pensar "no mames, parece Chela Lora".

No me maten por la comparación. Yo no pedí nacer.

Y entonces comenzó a cantar. Y se aventó algunas propias. "The Last in the Line". Ah, ésa sí la reconocía. No sabía que fuera de él. Qué chingón. Cerraron con "Smoke on the Water", obviamente. Conciertazo. Y con ese comencé a ir a más, bastante más seguido.

Pero Dio fue quien me impactó más entre todos, y quien supo cómo domar a un público bastante estúpido. Aún más que ver a Deep Purple y los legendarios Jon Lord y Ian Gillian. Después me enteraría de la relación que tuvo con esa agrupación hace muchos años, cuando su grupo Elf fue telonero de los púrpuras en los setentaytantos. Y que a raíz de eso, Ritchie Blackmore decidió contratarlo para fundar Rainbow cuando abandonó Purple.

Siempre me impactó su voz. Perfecta para un cantante de metal. El tipo estaba muy chaparro (por algo su grupo se llamaba Elf) pero era un enano con presencia, un gigante en cuanto se subía al escenario. Feo como satanás. Pero sencillo como pocas veces se ve en la escenita del rock, entre tanta faramalla, excesos y demás porquerías. Siempre se me figuró un tipo bastante agradable; alguien con quien disfrutarías entrar en un bar, tomarte unas cervezas y hablar de cualquier tema con naturalidad, pero, sobre todo, de música y rock. ¿Quieren saber de qué hablo? Vean las entrevistas a Dio en "Metal: A Headbanger's Journey", el famoso documental de Sam Dunn.

Después llegó el momento de mudarse a la gran ciudad. El montón de nuevas experiencias y la música, sobre todo la música. Fue cuando pude entrarle más en serio al metal. Pero Dio siempre estuvo ahí. ¿Qué hacía cuando tenía ganas de escuchar metal, pero no sabía qué grupo? Dio. ¿Ganas de escuchar rock sin decidirme por nadie? Dio. Lo conocí en su etapa de Black Sabbath y de Rainbow. Y del famoso (con justa razón) Heaven And Hell, tomé una canción que me impactó como pocas: "Die Young".

"So, live for today. Tomorrow never comes. Die young."

¿Morir joven? Quizá. Te ahorras penurias. Como en Brave New World. Nos hace falta nuestro Soma, y no falta el malpensado que ahora le llama Prozac. Pero creo que no era el punto de la canción. Dio no era ningún suicida. La idea era que disfrutáramos cada momento de vida, como en nuestra juventud. Que nunca la olvidemos.

Los años siguieron pasando. En 2004 tuve la oportunidad de ver a Dio por fin como solista, con su banda. Fue el primer concierto en el que conocía absolutamente TODAS las canciones, sin excepción. Incluso las nuevas. Cierre apoteósico con "Neon Knights". Y la primera vez que escuché en vivo esa pieza maestra conocida como "Heaven And Hell". Alucinante. Una oportunidad más para ver a Dio en 2007, ahora con Black Sabbath, conocidos en esa gira simplemente como Heaven And Hell. Ahí pude escuchar en vivo otras favoritas, como "The Sign of the Southern Cross" o "Falling off the Edge of the World".


Ronnie James Dio y su música estuvieron en momentos difíciles para mí. Al igual que muchos otros músicos y bandas. ¿Cuál es la diferencia? Que Dio me ayudaba a levantarme, no a la autocompasión. Que si bien es necesaria un tiempo durante una crisis, en exceso puede terminar matándote.

I, I, I, I am standing alone, but I can shock you
I, I, I, on the edge of the blade, but no one makes the hero bleed.
I'll smash your face in, but with a smile
All together, you'll never be stronger than me

O qué tal "TV Crimes":

One night in the life of the lonely, there's a miracle in the screen
What did they see? Somebody to love
He guarantees you instant glory, get your money on the line
Gotta send me a plastic Jesus, there's a check in the mail today
That's what I need, somebody to love

En 2009 me enteré de su cáncer. Torcí la boca, pero pensé, "bah, es Dio. Va a salir de ésta. Si Eddie Van Halen pudo..." Cáncer de estómago. Not good. Aún así pensé que podría salir. En la última entrevista que vi le preguntaron cómo se sentía. Dijo que con mucho dolor, que le costaba trabajo comer, pero animado. Se le notaba.

"Today my heart is broken. Ronnie passed away at 7:45 am 16th May."

Con estas palabras comencé a leer el comunicado de Wendy Dio, su esposa, sobre la muerte de Dio. La primera reacción, natural, fue de incredulidad. Después no quise que me afectara ¡qué fanboy! Lamentarse por la muerte de un artista, pffff. Pero era más que eso. Hace tiempo que Ronnie James Dio había dejado de ser para mí un simple "ídolo juvenil" o algo así. Su música era importante en muchos aspectos. Me ayudó de muchas formas, cambió mi visión sobre otras. Y ahora se iba. ¿Y saben por qué a un año duele más su muerte? Porque ya casi no existen músicos que se diviertan como él lo hacía (hablo sobre todo de rock), ya fuera grabando un disco o sobre el escenario, y que además demostraran un profundo nivel de compromiso con su público y su música, más allá de las críticas baratas de una revista o el top list de Billboard. Siempre constante.

Podría haberles platicado sobre que su verdadero nombre era Ronald James Padavona, que era descendiente de italianos y que su abuela le enseñó el famoso "Malocchio", ahora conocido como los "devil horns" -la señal de identidad entre metaleros- para protegerse del "mal de ojo". Podría haber hecho una lista muy completa de sus colaboraciones, tributos a otros artistas, etc. Sobre su influencia en todo el metal. Pero para eso existe google y los internets.

En vez de eso, quise compartirles cómo influyó en un chico de 16 años y la importancia que sigue teniendo en él su música. Y seguirá teniéndola.


Long live rock and roll, Ronnie.

They say that life is a carousel, spinning fast, you've got to ride it well
The world is full of kings and queens, who blind your eyes and steal your dreams
It's heaven and hell!
And they'll tell you black is really white, the moon is just the sun at night;
and when you walk in golden halls you get to keep the gold that falls
It's heaven and hell!
Fool, fool! You've got to bleed for the dancer
Fool, fool! Look for the answer!





P.D. Se pasó el aniversario de este blog tan descuidado. Ya habrá explicación sobre su abandono dentro de una semana y ese post atrasado. Estén pendientes.

P.D.2 You've got some stairs to heaven, you may be right; I only know in my world, I hate the light... I speed at night!