26.8.11

¿Todos somos corresponsables?


La primer guerra que puedo recordar es la del Golfo Pérsico. Ya había nacido cuando se estaba desarrollando la guerra URSS - Afganistán, pero era demasiado chico como para que ahora lo recuerde. Tengo presentes con relativa facilidad las escenas. Estados Unidos, codo a codo con la ONU, eran los buenos; los de Irak eran los malos. La operación militar tuvo un nombre rimbobante (Tormenta del Desierto, se llamaba), había escenas de la CNN con chingos de misiles filmados con cámara infrarroja y un videojuego. De inmediato vinieron las preguntas típicas para los papás (de por sí yo solía incomodar a mis padres con preguntas tipo Mafalda). ¿Por qué se pelean allá? ¿Cuántos se mueren? ¿Quiénes son buenos y quiénes son malos?

Mis padres tuvieron la enorme decencia de explicarme con peras y manzanas y del modo más adecuado a mi edad que se trataba de una lucha por el poder (sobre todo económico) y que no había "buenos y malos" definidos claramente, y que en esos conflictos moría mucha gente inocente que no tenía nada que ver con el asunto en disputa. Punto para ellos (y para mí, de paso). Hola papá, hola mamá.

Apenas unos años después, ocurrió el conflicto zapatista. Esto ya no era un conflicto en un país lejano del medio oriente; ocurría aquí, podía traer miedo, muerte y destrucción en este sitio. Ustedes dispensarán que lo viera así en ese momento, mis queridos analistas políticos; tenía 11 años y creo que es comprensible. Provocaba miedo. En la radio, existían unos insistentes comerciales que decían "México es un país de paz", como si la sola fuerza de la repetición continua de esa frase provocara que mágicamente la guerrilla se detuviera y todo mundo se fuera a trabajar felizmente, como si nada hubiera pasado. Por otra parte, también existía la violencia de los narcotraficantes. Las palabras "capo", "decomiso" y similares comenzaban a volverse cada vez más comunes. Al menos para mí, yo tan imberbe y desconocedor de la vida. O sea, como ahorita, pero con menos pelo y menos grasa corporal.

Por otra parte, y como ya he mencionado en otras ocasiones, yo estudiaba en una escuela de monjas. Si algo se te graba en la educación religiosa, es la sensación de culpa. La culpa por desobedecer a tus padres y "ser malo", la culpa por no obedecer, la culpa por no hacer tu tarea, por no ser bueno con Jesús, por no ser bueno con la iglesia, por el sexo (que ni teníamos), por ver caricaturas violentas y jugar videojuegos ídem, culpa por ir al baño, vaya. Culpa, culpa, culpa. Culpa por todo. Culpa judeocristiana, pues. Sobre eso se sustentan la mayor parte de las religiones occidentales.

Afortunadamente, otra vez la educación dada por mis padres (hola papá, hola mamá) fue casi suficiente para romper ese paradigma e ir venciendo poco a poco esa sensación de culpa. Aunque siempre queda un resquicio ahí. Se implanta como un gusano infecto en la mente, y aunque no hay culpa por las mismas cosas que antes ni en la misma medida, suele aparecer con relativa frecuencia y es difícil quitarla de encima.

Hacer un resumen de cómo aumentó la violencia en el país en los últimos 20 años sería ocioso; a menos que vivan debajo de una piedra (o tengan menos de esa edad, lo cual indica que ustedes son gente joven y que apesta a queso con sudor, o sea, gente que no lee este blog) todos conocen el ascenso de los cárteles del narcotráfico, la corrupción generalizada en los últimos años del PRI y perpetuada con la llegada del PAN a la presidencia y, sobre todo, la ineptitud del último presidente proveniente de este partido para enfrentarse a grupos delincuenciales, utilizando una estrategia que ha roto todos los récords internacionales de estupidez, ganando un sitio de honor junto a Maurice Gamelin como uno de los estrategas militares más imbéciles del universo.

Ayer ocurrió un acto de terrorismo terrible en este país. Algo inusual, a pesar de vivir en un lugar ya acostumbrado a la violencia (mientras ocurra en ciudades o incluso colonias lejanas a donde vivimos). 61 muertos por granadazos lanzados a un casino, hacia personas que se estaban divirtiendo. Por favor, olvídense de consideraciones moralistas y que si los casinos son lugares que fomentan el vicio, la degradación y el sexo premarital y que es culpa del maldito capitalismo; olviden por un momento sus propias y respetabilísimas convicciones políticas y dense cuenta que ahí murió gente inocente y que eso está mal por donde se vea.

En la noche y leyendo tweets al azar mientras disfrutaba de una engordadora cena me topé con una cuenta que me pareció interesante. Les comparto con una selección al azar de su TL:

¿Y saben qué? Estoy totalmente de acuerdo.

...


No sean idiotas. Por supuesto que no.

Desde hace algunos años y ante la presión de mucha gente que lleva años diciéndole a los gobernantes que su "estrategia" para combatir a los criminales está equivocada, esos mismos gobernantes han decidido voltearnos la tortilla y presentar una idea que ha tenido mucho éxito: que todos somos responsables por la violencia que se vive en este país. Que si hay cientos de narcos matando gente inocente es por nuestra culpa, por nuestra grande culpa al contribuir a la corrupción de las altas esferas (curioso, viniendo esto de las altas esferas) desde abajo y que debemos asumir todos la responsabilidad de tener un país más seguro. Suena "aceptable" en principio como medio de conseguir que la sociedad sea más participativa y todos caminemos felices sobre la hojarasca tomados de las manos mientras resplandece el arcoiris.

Bitch, please.

¿Por qué ha tenido tanto éxito esta idea? Porque explota la culpa inherente a la mentalidad católica-a-huevo del mexicano. Sí, sí tiene que ver la identidad nacional, así muchos se digan "ciudadanos del mundo" y cosmopolitas. La culminación es la cuentita de twitter mencionada atrás. Perdóname México (ente abstracto), soy responsable de la violencia por haber comprado algunos discos piratas hace años, me comprometo a no hacerlo nunca jamás por los siglosdelosiglosamén. Somos bien liberales porque no vamos a misa, no creemos en dios y tenemos miles de parejas sexuales, pero nos encanta trasladar nuestro perpetuo sentimiento de culpa hacia otras cosas. Seamos morales, si no somos parte de la solución somos parte del problema, la dicotomía en pleno.

Soy un aficionado a la música (definirme como melómano siempre me ha parecido un poco petulante, por no decir mamón) y toda mi vida he comprado discos originales por la calidad del sonido y porque las portadas se ven bien bonitas impresas. Me gusta la sensación de comprar un CD nuevo, retirar el plástico con cuidado, colocarlo en el equipo de sonido y admirar la portada y el folleto. Eso es algo que no se puede equiparar con ningún disco pirata, con sus impresiones horribles y su olor como a plástico recién retirado de una coladera. Sin embargo, alguna vez compré discos piratas, algunos de ellos en ferias y otros en la calle. Son tan pocos que los recuerdo perfectamente: Un tributo a Ozzy Osbourne, dos soundtracks de anime, dos antologías de rock.

También suelo comprar ocasionalmente en algún tianguis. Comida, casi siempre. También me gusta comer tacos de puestito, delicias gastronómicas que no encuentras con la misma calidad en ningún restaurante establecido. En otras ocasiones se trata de una torta, de un tamal, unas gorditas o cualquier otra garnacha semejante.

Bueno, gracias a los analistas políticos de twitter me entero que tengo las manos manchadas de sangre, porque el comercio ambulante está controlado por la mafia que nos robó la presidencia (ah, perdón, me equivoqué de delirio) y que soy corresponsable de los muertos en Monterrey. Lo de las manos manchadas de sangre es muy raro, porque hasta donde recuerdo mi taquero predilecto es muy limpio.



Arriba: agentes de la maldad y el caos.

¿Saben algo? No, no pienso compartir su culpa. Allá ustedes y sus delirium tremens. Existen niveles de responsabilidad. Sí, estoy de acuerdo en que todos podemos contribuir a mejorar nuestra sociedad, es nuestro deber si queremos considerarnos ciudadanos responsables. No, no creo que todos seamos "un ladrillo más en la pared" y que todos podamos o debamos sostener el mismo peso. Más participación social, sí. Pero debe castigarse a los responsables, y eso implica también a funcionarios gubernamentales, que están muy ocupados en esa repartición de culpas a la sociedad por ser nosotros tan jodidamente corruptos y reaccionarios al exigirle al gobierno ¡que cumpla con su trabajo! ¡Avemaríapurísima! Denuncien, nos dicen, sin garantizar la seguridad de la persona que acude a denunciar.

A lo mejor estoy muy chapado a la antigua (siyeahclaro), pero creo recordar que existe algo llamado "contrato social" que es la razón por la que existe el estado moderno. El señor Rousseau se equivocó en muchas cosas, pero algo sigue siendo esencialmente cierto: el estado existe para cerciorarse de que se cumplan las leyes y el mantenimiento de la libertad civil y política. Este gobierno no lo ha logrado, y por lo tanto es un estado fallido, les guste el término o no. Y por eso mismo, está muy ocupado en responsabilizar a otros por todo aquello que no ha podido manejar.

Los tianguis son parte de la identidad cultural de este país, lo quieran o no. Es cierto, hay grupos mafiosos que controlan gran cantidad de los mismos. ¿Crees que cargas con una culpa terrible y tienes las manos manchadas de sangre por comerte una quesadilla en un puesto? Bien, ya no le compres. Nomás ten huevos para hacerlo de verdad. Es más, un boicot generalizado al comercio ambulante, ya que está lleno de mafiosos y no pagan impuestos. Así veremos cómo muchas personas se quedan sin el único sustento que tienen, pasan de subempleados a desempleados, se agrava la situación económica del país (porque el estado tampoco ha sido capaz de generar una situación idónea para fomentar el desarrollo económico) y veremos cómo los grupos criminales que controlaban esos negocios encuentran otro jugoso negocio en otra parte.

Así que, en el mismo estilo de los HT de twitter, aquí les va una pequeña lista:

  • Yo soy corresponsable porque hace años di una mordida a un agente de tránsito para que me dejara ir. Tampoco vengo a darles lecciones de moralidad y acepto la parte que me toca, igual que lo de comprar mercancías piratas. No lo volveré a hacer. De hecho, no lo hago desde hace años.
  • Yo no soy corresponsable porque no he votado por ningún político del PAN o del PRI desde que puedo ejercer el derecho a votar. Y si gana el candidato por el que voté, veo el modo de poder exigirle que cumpla con su trabajo.
  • Yo no soy corresponsable porque no soy usuario de drogas ilegales. En mi MUY PARTICULAR punto de vista, es irresponsable comprarlas en estos momentos. Siembren su motita. Y presionemos para que se legalicen; el estado no tiene por qué ser papá ni rector de nadie para andarlo cuidando de qué se mete o qué no. Y como he mencionado en otras ocasiones, los narcos me cagan.
  • Yo no soy corresponsable de los muertos de este país. Existen niveles, como dije antes. Sugiero a ustedes que paren de mamar de inmediato y que le den una leidita al Síndrome de Estocolmo. De nada.

¿Soy un mal ciudadano por exigirle al gobierno que trabaje y pensar que tiene más responsabilidad que cualquiera de nosotros? Según su visión, puede ser que sí. También por criticar sin "proponer". Ahora lo políticamente correcto es proponer siempre, tener siempre una solución a la mano. Como si todos fuéramos especialistas en criminología, por ejemplo. Las críticas no tienen por qué ser amables ni propositivas; muchas veces yo he aprendido más de críticas "destructivas", directas y al grano (y sin proponer nada) que de blandas críticas condescendientes.

Por último, sé que hay muchas personas secretamente fascinadas con nuestro estado de barbarie porque piensan que éste es el estado primitivo y natural del ser humano. Noticias: la teoría instintivista de la agresión es una farsa. El ser humano reacciona agresivamente para garantizar su supervivencia, pero no está genéticamente establecido que mate por placer. Esta violencia no tiene nada de primitivo y sí mucho de moderno.

¿Hace falta cambiar mucho en la sociedad? Sí. Pero, por favor, dejen de adjudicarse culpas y responsabilidades que no son suyas. Crezcan un poquito, por favor. Denle una checada a la Anatomía de la Destructividad Humana de Erich Fromm para ampliar sus perspectivas. Demuestren que son auténticamente responsables y exijan "vida y estructura" en vez de "justicia y orden".




Yo no lo he conseguido, pero en esas ando.




P.D. ¿Neta? ¿Perdóname México? Sí que están muy malitos de sus mentes.