De eventos sociales, reggaetoneros y cosas peores

¿Cuántos ritos sociales puede mencionar usted, estimado lector? ¿En que consisten, por qué surgen, cuáles son las características que los distinguen y sobre todo, en que casos o que tipos de personas disfrutan de uno u otro? Yo, en mi calidad de ser humano atípico y sobre todo rudamente antisocial (los seres humanos me provocan alergia y pus) me he dado cuenta que muchísimas personas suelen disfrutar verdaderamente y sinceramente de festividades que pueden llegar a ser altamente cursis, o francamente aburridas, o simple o sencillamente idiotas. Eso es comprensible dada nuestra condición de chimpancés lampiños; pero hay cosas que lisa y llanamente no logro entender; mi pequeña y limitada mente no está facultada para ciertas cosas y creo firmemente que el origen de algunos festejos está vedado para mí y que se tratan de conocimientos arcanos que deberían ser guardados bajo una bóveda/refugio nuclear para que nunca más vean la luz del sol.

Dentro de todas estas festividades hay algunas que resaltan por sus cualidades de tradición/moda y sobre todo por el horrendo gusto musical de los sujetos que suelen congregarse en las mismas; hay muchos ejemplos pero los que me resultan especialmente repulsivos (dada mi condición, ya mencionada, de antisocial/esperpento/amargomamón) son los conocidos como:

• Despedidas de soltero y soltera (la condición mas palpable de la fresinaquez)
  
• Baby showers (wwaaaaaa, wwaaaaaaa, horror, ¡Jebús! ¡Cthulhu ft'agn!)
  
• XV años (pasteles o fresidarks; yujjjjjj)
  

Debo añadir, además, que en todos esos lugares se suele bailar; y todos los hombres verdaderos deberíamos saber que solo estamos aquí para ver bailar a las mujeres, ya que ellas tienen gracia y saben como mover el cuerpo al ritmo de cualquier género musical; un saco de grasa y movimientos corporales torpes (el 98.7897% de nosotros) simple y llanamente nos vemos ridículos tratando de bailar, como bien menciona el señor Warpig en su célebre podcast; y por supuesto que generalizo. Hay cabrones que bailan muy bien; podríamos mencionar a Baryshnikov; Gene Kelly bailando "singing in the rain" o... no conozco otros pero estoy casi seguro de que en algún lugar del universo deben existir buenos bailarines no puñales. Y para todas aquellas defensoras de los danzantes díganme que puede uno pensar después de ver esto:

Oh, gran Cthulhu, ¿por que permites este fatídico acto?

Les aseguro que está científicamente demostrado que mas del 90% de los hombres nos vemos así bailando, por lo que esos mitos relacionados con buen baile=mejor desempeño sexual son totalmente infundados, trust me. No está nada padre ver en una fiesta a un montón de cabrones moviéndose y perdiendo su dignidad como el engendro de allá arriba. Solo vean la diferencia entre la chica y el tipo; es obvio que el cuerpo de los hombres NO está diseñado anatómicamente para semejante actividad. Y dedicarse a conquistar bailando, oh Jebús, que mariconada. Desarrollar todo esto me lleva a las despedidas de soltera en las que se contratan "chippendales/strippers"; esos si como que dan penita ajena; son de la onda "ay, mi hijo me salió malito". Y los que mueven las tetas para enseñar que tienen "cuerpo"; nonono, que asco. Sacos de grasa o montones de músculo como de vaca inyectada con hormonas; siguen teniendo la gracia de un cochino con collares de hawaiano.

Lo que me lleva ahora a las despedidas de soltero: la última oportunidad de un imbécil para que una stripper le mueva las tetas desenfrenadamente; gente, si quieren suicidarse en el acto del matrimonio, ¿por qué, o Jebús, por qué, esa necesidad de parecer menos patéticos aparentando estar y TOMARSE FOTOS con lo más cercano que tendrán a una "victoria's secret model"? Si ese es su modus vivendi ¿para que diablos se casan? Por eso se difunde el mito feminazi de los hombres imbéciles, caray.

Los baby showers me resultan tan repulsivos que mejor me brinco hacia la otra festividad que, por lo menos, me resulta sumamente divertida: los XV años y sus chambelanes.

Chambelanes, gracias por existir. Sabemos que no podemos ser jamás tan patéticos.

Oh si, los chambelanes. El pináculo de la ridiculez humana; debo confesar que jamás, gracias a Jebús, tuve que desempeñar semejante papel; ello se debió a mi firme negativa a participar en algo así con mis primas y/o amigas (cada vez que un chambelán acepta su papel, dios mata un gatito) y no tengo hermanas. Alabado sea Allah. Ello me permite burlarme tranquilamente y sin remordimientos de los pasitos forzados y risas ahogadas que profieren; eso sin incluir aberraciones de vestimenta como las siguientes:

Moños rosas, ¿que hemos hecho? La humanidad está perdida.

Y no sólo moños; he visto chalecos rosas; ¿por que permitimos que la humanidad llegara a ese grado de depravación? Ya sé, a esa edad uno es un saco de hormonas desesperado por coger con la quinceañera, por más federal que esté; pero dignidad señores, ¡dignidad! Moños rosas, Cthulhu mío. Los ojos me arden.

Después de la exhibición del portentoso baile chambelanesco podemos tener dos opciones: disfrutar de los jotísimos meseros bailando pañuelo en mano o contemplar a los invitados de la festejada en cuestión bailando reggeatón, esa obra cumbre de la lírica moderna, ritmo popular entre los ¡chavos! Hey ¡chavo! tu que estás en onda, ¡muéstranos como mueves el "bote" al ritmo del reggeatón! Disfrutemos de sus variadas rimas, tales como:

Como sopas Nissin mienras tengo un fraitei
Dos por uno en McDonalds y te doy paitei

(.............)

Si alguno de ustedes logra descifrar de que diablos estaba hablando ese sujeto, les otorgo un chicle masticado como premio ("zúmbale mambo pa que mi gata prenda los motoessss")

Es mas que obvio que el éxito de este "ritmo" entre los adolescentes es el propiciar que esos asquerosos, barrosos, esperpénticos quinceañeros puedan fajar en la pista con sus compañeritas sin ser tan mal vistos; las hormonas son muy cabronas, lo sé, lo sé, pero es que no comprendo, no comprendo. ¿Y por que "reggae-tón"? Si uno escucha reggae y lo compara con esta cosa, podrá darse cuenta que son tan parecidos como puede serlo el palacio de bellas artes y una casa geo.

"¡Y en este momento el padre de la quinceañera (era era era era) nos dirigirá unas palabras!" (sigue dialecto incomprensible conocido como "alcoholacrimol") "¡y ahora (ora ora ora) el padrino dará unas palabras para su querida ahijada!" (nnnoo, pssssyosihevisto m'jita, que tienes ungranfuturooo, ojalaaaanospongas orgushosos a tu padreyami y que sigas siendo tan buenota, digo, que sigas siendo tan buenaniñaahoramujer como siemprreeee)

Se me acaba de ocurrir otra teoría de por que el reggaetón es tan popular entre los quinceañeros: los compositores de estas hermosas rimas son igual de feos, cacarizos, chaparros y grasientos que ellos. Pero gracias al "nalga power" pueden sentirse los non-plus-ultra del barrio, el super-drug-delaer, el que mueve y trae pa aca. A huevo.

¿Ven por que uno se vuelve antisocial? Por eso yo me comporto como orangután en una situación digna: practicando slam en conciertos de metal. Nos estaremos leyendo estimadísimos, pero antes quiero compartirles un video (si no se ríen de esto es que no tienen corazón y son unos insensibles quinceañeros grasosos y mugrientos):

Cosas como ésta son las que dan sentido a mi vida =D

P.D. Por ahí la chistosita de Plax difundió una idea que es mi mayor temor: con la epidemia de influenciados podría cancelarse el concierto de Metallica. Ahí si no respondo; tomaré mi Gatlin y me lanzaré hacia los pinos o la secretaría de salud en un ataque suicida.

P.D. 2: Gente, ya no estiren la broma. Los chistes de la influenza ya no son graciosos, no están nada padres. La otra vez me tocó leer esto: "están tocando la puerta pero mejor no abro, ¿que tal que es la influenza?". No mames, que chistoso eres, cabrón. Ya estuvo. Ya no mamen, me cae.

En el improbable caso de que alguna ilusionada quinceañera escritora de blogs de poesía llegara a leer este libelo, no se alarme; llegará el día en que recuerde a sus ridiculeces con cariño. O no.