26.8.11

¿Todos somos corresponsables?


La primer guerra que puedo recordar es la del Golfo Pérsico. Ya había nacido cuando se estaba desarrollando la guerra URSS - Afganistán, pero era demasiado chico como para que ahora lo recuerde. Tengo presentes con relativa facilidad las escenas. Estados Unidos, codo a codo con la ONU, eran los buenos; los de Irak eran los malos. La operación militar tuvo un nombre rimbobante (Tormenta del Desierto, se llamaba), había escenas de la CNN con chingos de misiles filmados con cámara infrarroja y un videojuego. De inmediato vinieron las preguntas típicas para los papás (de por sí yo solía incomodar a mis padres con preguntas tipo Mafalda). ¿Por qué se pelean allá? ¿Cuántos se mueren? ¿Quiénes son buenos y quiénes son malos?

Mis padres tuvieron la enorme decencia de explicarme con peras y manzanas y del modo más adecuado a mi edad que se trataba de una lucha por el poder (sobre todo económico) y que no había "buenos y malos" definidos claramente, y que en esos conflictos moría mucha gente inocente que no tenía nada que ver con el asunto en disputa. Punto para ellos (y para mí, de paso). Hola papá, hola mamá.

Apenas unos años después, ocurrió el conflicto zapatista. Esto ya no era un conflicto en un país lejano del medio oriente; ocurría aquí, podía traer miedo, muerte y destrucción en este sitio. Ustedes dispensarán que lo viera así en ese momento, mis queridos analistas políticos; tenía 11 años y creo que es comprensible. Provocaba miedo. En la radio, existían unos insistentes comerciales que decían "México es un país de paz", como si la sola fuerza de la repetición continua de esa frase provocara que mágicamente la guerrilla se detuviera y todo mundo se fuera a trabajar felizmente, como si nada hubiera pasado. Por otra parte, también existía la violencia de los narcotraficantes. Las palabras "capo", "decomiso" y similares comenzaban a volverse cada vez más comunes. Al menos para mí, yo tan imberbe y desconocedor de la vida. O sea, como ahorita, pero con menos pelo y menos grasa corporal.

Por otra parte, y como ya he mencionado en otras ocasiones, yo estudiaba en una escuela de monjas. Si algo se te graba en la educación religiosa, es la sensación de culpa. La culpa por desobedecer a tus padres y "ser malo", la culpa por no obedecer, la culpa por no hacer tu tarea, por no ser bueno con Jesús, por no ser bueno con la iglesia, por el sexo (que ni teníamos), por ver caricaturas violentas y jugar videojuegos ídem, culpa por ir al baño, vaya. Culpa, culpa, culpa. Culpa por todo. Culpa judeocristiana, pues. Sobre eso se sustentan la mayor parte de las religiones occidentales.

Afortunadamente, otra vez la educación dada por mis padres (hola papá, hola mamá) fue casi suficiente para romper ese paradigma e ir venciendo poco a poco esa sensación de culpa. Aunque siempre queda un resquicio ahí. Se implanta como un gusano infecto en la mente, y aunque no hay culpa por las mismas cosas que antes ni en la misma medida, suele aparecer con relativa frecuencia y es difícil quitarla de encima.

Hacer un resumen de cómo aumentó la violencia en el país en los últimos 20 años sería ocioso; a menos que vivan debajo de una piedra (o tengan menos de esa edad, lo cual indica que ustedes son gente joven y que apesta a queso con sudor, o sea, gente que no lee este blog) todos conocen el ascenso de los cárteles del narcotráfico, la corrupción generalizada en los últimos años del PRI y perpetuada con la llegada del PAN a la presidencia y, sobre todo, la ineptitud del último presidente proveniente de este partido para enfrentarse a grupos delincuenciales, utilizando una estrategia que ha roto todos los récords internacionales de estupidez, ganando un sitio de honor junto a Maurice Gamelin como uno de los estrategas militares más imbéciles del universo.

Ayer ocurrió un acto de terrorismo terrible en este país. Algo inusual, a pesar de vivir en un lugar ya acostumbrado a la violencia (mientras ocurra en ciudades o incluso colonias lejanas a donde vivimos). 61 muertos por granadazos lanzados a un casino, hacia personas que se estaban divirtiendo. Por favor, olvídense de consideraciones moralistas y que si los casinos son lugares que fomentan el vicio, la degradación y el sexo premarital y que es culpa del maldito capitalismo; olviden por un momento sus propias y respetabilísimas convicciones políticas y dense cuenta que ahí murió gente inocente y que eso está mal por donde se vea.

En la noche y leyendo tweets al azar mientras disfrutaba de una engordadora cena me topé con una cuenta que me pareció interesante. Les comparto con una selección al azar de su TL:

¿Y saben qué? Estoy totalmente de acuerdo.

...


No sean idiotas. Por supuesto que no.

Desde hace algunos años y ante la presión de mucha gente que lleva años diciéndole a los gobernantes que su "estrategia" para combatir a los criminales está equivocada, esos mismos gobernantes han decidido voltearnos la tortilla y presentar una idea que ha tenido mucho éxito: que todos somos responsables por la violencia que se vive en este país. Que si hay cientos de narcos matando gente inocente es por nuestra culpa, por nuestra grande culpa al contribuir a la corrupción de las altas esferas (curioso, viniendo esto de las altas esferas) desde abajo y que debemos asumir todos la responsabilidad de tener un país más seguro. Suena "aceptable" en principio como medio de conseguir que la sociedad sea más participativa y todos caminemos felices sobre la hojarasca tomados de las manos mientras resplandece el arcoiris.

Bitch, please.

¿Por qué ha tenido tanto éxito esta idea? Porque explota la culpa inherente a la mentalidad católica-a-huevo del mexicano. Sí, sí tiene que ver la identidad nacional, así muchos se digan "ciudadanos del mundo" y cosmopolitas. La culminación es la cuentita de twitter mencionada atrás. Perdóname México (ente abstracto), soy responsable de la violencia por haber comprado algunos discos piratas hace años, me comprometo a no hacerlo nunca jamás por los siglosdelosiglosamén. Somos bien liberales porque no vamos a misa, no creemos en dios y tenemos miles de parejas sexuales, pero nos encanta trasladar nuestro perpetuo sentimiento de culpa hacia otras cosas. Seamos morales, si no somos parte de la solución somos parte del problema, la dicotomía en pleno.

Soy un aficionado a la música (definirme como melómano siempre me ha parecido un poco petulante, por no decir mamón) y toda mi vida he comprado discos originales por la calidad del sonido y porque las portadas se ven bien bonitas impresas. Me gusta la sensación de comprar un CD nuevo, retirar el plástico con cuidado, colocarlo en el equipo de sonido y admirar la portada y el folleto. Eso es algo que no se puede equiparar con ningún disco pirata, con sus impresiones horribles y su olor como a plástico recién retirado de una coladera. Sin embargo, alguna vez compré discos piratas, algunos de ellos en ferias y otros en la calle. Son tan pocos que los recuerdo perfectamente: Un tributo a Ozzy Osbourne, dos soundtracks de anime, dos antologías de rock.

También suelo comprar ocasionalmente en algún tianguis. Comida, casi siempre. También me gusta comer tacos de puestito, delicias gastronómicas que no encuentras con la misma calidad en ningún restaurante establecido. En otras ocasiones se trata de una torta, de un tamal, unas gorditas o cualquier otra garnacha semejante.

Bueno, gracias a los analistas políticos de twitter me entero que tengo las manos manchadas de sangre, porque el comercio ambulante está controlado por la mafia que nos robó la presidencia (ah, perdón, me equivoqué de delirio) y que soy corresponsable de los muertos en Monterrey. Lo de las manos manchadas de sangre es muy raro, porque hasta donde recuerdo mi taquero predilecto es muy limpio.



Arriba: agentes de la maldad y el caos.

¿Saben algo? No, no pienso compartir su culpa. Allá ustedes y sus delirium tremens. Existen niveles de responsabilidad. Sí, estoy de acuerdo en que todos podemos contribuir a mejorar nuestra sociedad, es nuestro deber si queremos considerarnos ciudadanos responsables. No, no creo que todos seamos "un ladrillo más en la pared" y que todos podamos o debamos sostener el mismo peso. Más participación social, sí. Pero debe castigarse a los responsables, y eso implica también a funcionarios gubernamentales, que están muy ocupados en esa repartición de culpas a la sociedad por ser nosotros tan jodidamente corruptos y reaccionarios al exigirle al gobierno ¡que cumpla con su trabajo! ¡Avemaríapurísima! Denuncien, nos dicen, sin garantizar la seguridad de la persona que acude a denunciar.

A lo mejor estoy muy chapado a la antigua (siyeahclaro), pero creo recordar que existe algo llamado "contrato social" que es la razón por la que existe el estado moderno. El señor Rousseau se equivocó en muchas cosas, pero algo sigue siendo esencialmente cierto: el estado existe para cerciorarse de que se cumplan las leyes y el mantenimiento de la libertad civil y política. Este gobierno no lo ha logrado, y por lo tanto es un estado fallido, les guste el término o no. Y por eso mismo, está muy ocupado en responsabilizar a otros por todo aquello que no ha podido manejar.

Los tianguis son parte de la identidad cultural de este país, lo quieran o no. Es cierto, hay grupos mafiosos que controlan gran cantidad de los mismos. ¿Crees que cargas con una culpa terrible y tienes las manos manchadas de sangre por comerte una quesadilla en un puesto? Bien, ya no le compres. Nomás ten huevos para hacerlo de verdad. Es más, un boicot generalizado al comercio ambulante, ya que está lleno de mafiosos y no pagan impuestos. Así veremos cómo muchas personas se quedan sin el único sustento que tienen, pasan de subempleados a desempleados, se agrava la situación económica del país (porque el estado tampoco ha sido capaz de generar una situación idónea para fomentar el desarrollo económico) y veremos cómo los grupos criminales que controlaban esos negocios encuentran otro jugoso negocio en otra parte.

Así que, en el mismo estilo de los HT de twitter, aquí les va una pequeña lista:

  • Yo soy corresponsable porque hace años di una mordida a un agente de tránsito para que me dejara ir. Tampoco vengo a darles lecciones de moralidad y acepto la parte que me toca, igual que lo de comprar mercancías piratas. No lo volveré a hacer. De hecho, no lo hago desde hace años.
  • Yo no soy corresponsable porque no he votado por ningún político del PAN o del PRI desde que puedo ejercer el derecho a votar. Y si gana el candidato por el que voté, veo el modo de poder exigirle que cumpla con su trabajo.
  • Yo no soy corresponsable porque no soy usuario de drogas ilegales. En mi MUY PARTICULAR punto de vista, es irresponsable comprarlas en estos momentos. Siembren su motita. Y presionemos para que se legalicen; el estado no tiene por qué ser papá ni rector de nadie para andarlo cuidando de qué se mete o qué no. Y como he mencionado en otras ocasiones, los narcos me cagan.
  • Yo no soy corresponsable de los muertos de este país. Existen niveles, como dije antes. Sugiero a ustedes que paren de mamar de inmediato y que le den una leidita al Síndrome de Estocolmo. De nada.

¿Soy un mal ciudadano por exigirle al gobierno que trabaje y pensar que tiene más responsabilidad que cualquiera de nosotros? Según su visión, puede ser que sí. También por criticar sin "proponer". Ahora lo políticamente correcto es proponer siempre, tener siempre una solución a la mano. Como si todos fuéramos especialistas en criminología, por ejemplo. Las críticas no tienen por qué ser amables ni propositivas; muchas veces yo he aprendido más de críticas "destructivas", directas y al grano (y sin proponer nada) que de blandas críticas condescendientes.

Por último, sé que hay muchas personas secretamente fascinadas con nuestro estado de barbarie porque piensan que éste es el estado primitivo y natural del ser humano. Noticias: la teoría instintivista de la agresión es una farsa. El ser humano reacciona agresivamente para garantizar su supervivencia, pero no está genéticamente establecido que mate por placer. Esta violencia no tiene nada de primitivo y sí mucho de moderno.

¿Hace falta cambiar mucho en la sociedad? Sí. Pero, por favor, dejen de adjudicarse culpas y responsabilidades que no son suyas. Crezcan un poquito, por favor. Denle una checada a la Anatomía de la Destructividad Humana de Erich Fromm para ampliar sus perspectivas. Demuestren que son auténticamente responsables y exijan "vida y estructura" en vez de "justicia y orden".




Yo no lo he conseguido, pero en esas ando.




P.D. ¿Neta? ¿Perdóname México? Sí que están muy malitos de sus mentes.

16.5.11

Dio(s). A rainbow in the dark.


Sing me a song, you're a singer

Do me a wrong, you're a bringer of evil.

Estábamos en la segunda mitad del año 2000. Y sí, para todos los que habíamos nacido aún en los años 80s, decir esa frase tenía algo del encanto de la ciencia ficción. Aún nosotros, los teenage-angst-noventeros, teníamos cierto respeto por el nombre mismo "Año 2000". Los magufos agoreros del desastre habían pronosticado muchas falacias de las que -curiosamente- ya casi nadie se acuerda pero que mucha gente se tomaba muy en serio (¿cuántos de ustedes recuerdan el apocalipsis en forma de computadora llamado Y2K?)... justo como ocurre ahora con el 2012.

Mi hermano mayor, responsable en buena medida de mi afición a grupos de rock que estuvieron de moda cuando yo chapoteaba en el kinder, ya vivía en la "gran ciudad" (donde ambos nacimos, por otra parte) y yo todavía era un imberbe estudiante preparatoriano sin grandes preocupaciones. La etapa de mi adolescencia que pasé en los años de prepa fue la mejor, sin duda. Aficionado a tocar una guitarra eléctrica que fue regalo por graduarme bastante satisfactoriamente de la secundaria y descubriendo lo que podía entre muchos grupos de rock, con acceso bastante limitado en un pueblito, y con conexiones a internet que ahora nos cuesta trabajo imaginar (y que sospecho que, si lo intentáramos, moriríamos de una apoplejía).

Yo tenía muchísimo tiempo sin ir a un concierto. La distancia y los días de presentación eran el problema principal, aunque en ese tiempo tampoco me importaba demasiado. En cada viaje a la Ciudad de México (que eran bastante seguidos) procuraba atascarme de la mayor cantidad de discos posible, con las reducidas posiblidades económicas de un estudiante, en las tiendas de Mixup, que se me antojaban míticas. Quería comprar todo al momento de entrar a una (bueno... eso aún sucede).

En una visita a un tienda llamada "El Disco Recuerdo" que se encontraba en la horrorosísima ultramegakitsch "Plaza de las Estrellas" (nuestro paseo de la fama, como el de Hollywood, we) compré un disco llamado "Machine Head", de una banda de nombre Deep Purple. Al momento de probarlo, sonaba viejito, pero increíble. Identifiqué "Smoke on the water", pero ninguna otra canción me era muy familiar hasta el momento. Fue suficiente para hacerme fan.

Un día recibí llamada telefónica de mi hermano para informarme que Deep Purple venía a México. Bien. Que tocarían el legendario "Concerto For Group And Orchestra" con la Orquesta de las Américas. Excelente. Y que venían acompañados por Ronnie James Dio. ¿Quién?


El nombre me sonaba extrañamente familiar. Vi algunas de las revistas de rock que tenía por ahí y, efectivamente, ahí aparecía. Yo no recordaba nada suyo; en ese momento lo que más escuchaba era Metallica, Europe, Van Halen, Queen, Bon Jovi, Def Leppard, Aerosmith, Guns N' Roses, Skid Row... y no tenía mucho a la mano para salir de mi ignorancia. Esperaría al día del concierto; encargar un disco no estaba ni en mis posiblidades económicas en ese momento, ni en las de la tienda de discos de allá.

Llegó el día del concierto. Todo "padrísimo", excepto en las partes calmadas. Un grupo de simios amaestrados gritando "quereeeeemos rrrrrock" y silbando arruinó algunos momentos... hasta que apareció Dio. Desde el lugar donde me encontraba, y al observar el greñero que traía, mi primera reacción fue pensar "no mames, parece Chela Lora".

No me maten por la comparación. Yo no pedí nacer.

Y entonces comenzó a cantar. Y se aventó algunas propias. "The Last in the Line". Ah, ésa sí la reconocía. No sabía que fuera de él. Qué chingón. Cerraron con "Smoke on the Water", obviamente. Conciertazo. Y con ese comencé a ir a más, bastante más seguido.

Pero Dio fue quien me impactó más entre todos, y quien supo cómo domar a un público bastante estúpido. Aún más que ver a Deep Purple y los legendarios Jon Lord y Ian Gillian. Después me enteraría de la relación que tuvo con esa agrupación hace muchos años, cuando su grupo Elf fue telonero de los púrpuras en los setentaytantos. Y que a raíz de eso, Ritchie Blackmore decidió contratarlo para fundar Rainbow cuando abandonó Purple.

Siempre me impactó su voz. Perfecta para un cantante de metal. El tipo estaba muy chaparro (por algo su grupo se llamaba Elf) pero era un enano con presencia, un gigante en cuanto se subía al escenario. Feo como satanás. Pero sencillo como pocas veces se ve en la escenita del rock, entre tanta faramalla, excesos y demás porquerías. Siempre se me figuró un tipo bastante agradable; alguien con quien disfrutarías entrar en un bar, tomarte unas cervezas y hablar de cualquier tema con naturalidad, pero, sobre todo, de música y rock. ¿Quieren saber de qué hablo? Vean las entrevistas a Dio en "Metal: A Headbanger's Journey", el famoso documental de Sam Dunn.

Después llegó el momento de mudarse a la gran ciudad. El montón de nuevas experiencias y la música, sobre todo la música. Fue cuando pude entrarle más en serio al metal. Pero Dio siempre estuvo ahí. ¿Qué hacía cuando tenía ganas de escuchar metal, pero no sabía qué grupo? Dio. ¿Ganas de escuchar rock sin decidirme por nadie? Dio. Lo conocí en su etapa de Black Sabbath y de Rainbow. Y del famoso (con justa razón) Heaven And Hell, tomé una canción que me impactó como pocas: "Die Young".

"So, live for today. Tomorrow never comes. Die young."

¿Morir joven? Quizá. Te ahorras penurias. Como en Brave New World. Nos hace falta nuestro Soma, y no falta el malpensado que ahora le llama Prozac. Pero creo que no era el punto de la canción. Dio no era ningún suicida. La idea era que disfrutáramos cada momento de vida, como en nuestra juventud. Que nunca la olvidemos.

Los años siguieron pasando. En 2004 tuve la oportunidad de ver a Dio por fin como solista, con su banda. Fue el primer concierto en el que conocía absolutamente TODAS las canciones, sin excepción. Incluso las nuevas. Cierre apoteósico con "Neon Knights". Y la primera vez que escuché en vivo esa pieza maestra conocida como "Heaven And Hell". Alucinante. Una oportunidad más para ver a Dio en 2007, ahora con Black Sabbath, conocidos en esa gira simplemente como Heaven And Hell. Ahí pude escuchar en vivo otras favoritas, como "The Sign of the Southern Cross" o "Falling off the Edge of the World".


Ronnie James Dio y su música estuvieron en momentos difíciles para mí. Al igual que muchos otros músicos y bandas. ¿Cuál es la diferencia? Que Dio me ayudaba a levantarme, no a la autocompasión. Que si bien es necesaria un tiempo durante una crisis, en exceso puede terminar matándote.

I, I, I, I am standing alone, but I can shock you
I, I, I, on the edge of the blade, but no one makes the hero bleed.
I'll smash your face in, but with a smile
All together, you'll never be stronger than me

O qué tal "TV Crimes":

One night in the life of the lonely, there's a miracle in the screen
What did they see? Somebody to love
He guarantees you instant glory, get your money on the line
Gotta send me a plastic Jesus, there's a check in the mail today
That's what I need, somebody to love

En 2009 me enteré de su cáncer. Torcí la boca, pero pensé, "bah, es Dio. Va a salir de ésta. Si Eddie Van Halen pudo..." Cáncer de estómago. Not good. Aún así pensé que podría salir. En la última entrevista que vi le preguntaron cómo se sentía. Dijo que con mucho dolor, que le costaba trabajo comer, pero animado. Se le notaba.

"Today my heart is broken. Ronnie passed away at 7:45 am 16th May."

Con estas palabras comencé a leer el comunicado de Wendy Dio, su esposa, sobre la muerte de Dio. La primera reacción, natural, fue de incredulidad. Después no quise que me afectara ¡qué fanboy! Lamentarse por la muerte de un artista, pffff. Pero era más que eso. Hace tiempo que Ronnie James Dio había dejado de ser para mí un simple "ídolo juvenil" o algo así. Su música era importante en muchos aspectos. Me ayudó de muchas formas, cambió mi visión sobre otras. Y ahora se iba. ¿Y saben por qué a un año duele más su muerte? Porque ya casi no existen músicos que se diviertan como él lo hacía (hablo sobre todo de rock), ya fuera grabando un disco o sobre el escenario, y que además demostraran un profundo nivel de compromiso con su público y su música, más allá de las críticas baratas de una revista o el top list de Billboard. Siempre constante.

Podría haberles platicado sobre que su verdadero nombre era Ronald James Padavona, que era descendiente de italianos y que su abuela le enseñó el famoso "Malocchio", ahora conocido como los "devil horns" -la señal de identidad entre metaleros- para protegerse del "mal de ojo". Podría haber hecho una lista muy completa de sus colaboraciones, tributos a otros artistas, etc. Sobre su influencia en todo el metal. Pero para eso existe google y los internets.

En vez de eso, quise compartirles cómo influyó en un chico de 16 años y la importancia que sigue teniendo en él su música. Y seguirá teniéndola.


Long live rock and roll, Ronnie.

They say that life is a carousel, spinning fast, you've got to ride it well
The world is full of kings and queens, who blind your eyes and steal your dreams
It's heaven and hell!
And they'll tell you black is really white, the moon is just the sun at night;
and when you walk in golden halls you get to keep the gold that falls
It's heaven and hell!
Fool, fool! You've got to bleed for the dancer
Fool, fool! Look for the answer!





P.D. Se pasó el aniversario de este blog tan descuidado. Ya habrá explicación sobre su abandono dentro de una semana y ese post atrasado. Estén pendientes.

P.D.2 You've got some stairs to heaven, you may be right; I only know in my world, I hate the light... I speed at night!

11.2.11

Manifestantes, estereotipos y periodistas, o cómo sobrevivir a la opinión de los intelectuales sin morir (de aburrimiento) en el intento

¡Hola, gente horrible!

Como habitante de la Edad Estúpida (Siglo XX - Siglo XXIV 1/2, hasta la 2a venida de Jesús), confieso ante ustedes, hermanos, que compláceme en grado sumo contemplar los diversos atentados a la lógica, sentido común, sentido del humor y buen gusto que la gente "inteligente" de este país se dedica a perpetrar, una y otra vez y con un entusiasmo digno de un cachorro de chihuahueño apareándose.

La "élite" intelectual y política me resulta tan simpática y oportuna como alguien que cuenta un chiste de negros a medio Harlem ¿Qué habremos hecho como especie para merecer la presencia de ciertos engendros? Debió ser algo muy, muy malo; estoy seguro que dios, mientras estaba sentado en su celestial inodoro, decidió enviarnos a estos entes como señal de que el fin de los tiempos se aproxima, y que nos aguarda una muerte horrible. Las opiniones de esa "élite" suelen ser francamente repulsivas. Repasemos un poquito de los últimos días, y vamos a darle una vuelta a los temas de "actualidad", chavos. ¡Como si leyeran Cosmopolitan!

Pseudo pacifistas.

Aquí vale reconocer algo: en nuestro joven país bananero, una marcha, una manifestación multitudinaria, ya no requiere de huevos, al menos no del modo en que se necesitaban antes (ver 1968). De no muy buena gana, el gobierno fue cediendo el espacio público y ahora cualquier monigote puede cerrar el tránsito vehicular por cualquier idiotez (Kalimba was here!). Es un derecho, así como un automovilista emputado tiene derecho de mentarle la madre a los manifestantes.

He leído a muchas personas indignadas con la "violencia" que exhiben los manifestantes en Egipto. Piden "civilidad" a la población. C'mon, people. Eso es lo que sucede cuando tienes a un fulano gobernando durante 30 AÑOS. La gente termina por entender que el susodicho fulano no piensa moverse de ahí por las buenas. "Ay, que respeten." "Ay, que haya diálogo entre las partes." Huevos.

Fuck civility. Si yo creo que eres un imbécil, tengo todo el derecho de decírtelo. Será tu responsabilidad demostrar lo contrario, o ser lo suficientemente inteligente como para inventarte una respuesta mínimamente creativa.

Por mucha supuesta estabilidad que genere un gobierno paternalista, se necesita ser un mico con retraso mental para no darse cuenta que tanta permanencia en el poder no es sana. Lo que me recuerda a los fans de este señor...


"
El mejor presidente que ha tenido México."
"Vuelva, don Porfis ¡lo necesitamos!"

"No soy gay, pero si don Porfis me pidiera saxo enal se lo concedería sin dudarlo."

De un tiempo para acá, han aumentado mucho las frases de este tipo entre la gente culturosa. Es curioso que las personas que más halagan a don Porfis suelan ser los defensores más acérrimos del libre mercado. ¿Pues no que están contra el paternalismo del estado? "Necesitamos mano dura como en los tiempos de don Porfirio." Cada vez que algún enano mental dice esto, 200 niños de Zimbabwe son enviados a un orfanato de mala muerte en Siberia.

¿Alguien quiere pensar en los niños?

¿Saben a quién me recuerda Porfirio Díaz en los días de apogeo de su dictadura? Sí, creo que he visto algo así recientemente...


Claro, ambos tienen en común que trajeron "estabilidad económica" y "progreso" a sus respectivos países. A costa de chingarse a unos cuantos opositores y tener jodidos a otros tantos, porque, ya saben, el desarrollo y todo eso.

Políticamente correcto.

Hace unos cuantos días, transmitieron en Top Gear, programa británico sobre automóviles, una serie de comentarios sobre los mexicanos. Nos dijeron flojos, que nuestra comida parece vomitada de gato y cosas semejantes (admítanlo, los tacos de vísceras o el bacalao navideño si tienen aspecto de vomitada). El embajador Medina Mora (que probablemente estaba viendo el programa mientras dormitaba) reaccionó de inmediato, y al grito de "mas si osare un extraño enemigo" y el lábaro patrio y todas esas cosas, exigió enérgicamente una disculpa de los productores del programa, la legendaria BBC, y sus realizadores.


He aquí a un defensor del ávaro patrio. Soy fan del "Moreno Prometeo". Se le olvidó, pero le "echó ganas" ©, otra marca nacional.

Me parece que aquí los presentadores de Top Gear tienen un error fundamental. Querer lograr que su humor sea, justamente, mexicano. O sea, simplón, forzado y lleno de estereotipos.


Es que nosotros no lo hacemos con mala intención. Es folclórico. O sea.

¿Así que los ingleses nos dijeron flojos? Paren sus felaciones un momento y oféndanse por las cosas correctas. Yo me siento sumamente ofendido con Top Gear porque, viniendo de un grupo de humoristas ingleses, esperaría algo aún más insultante, no una imitación barata de la sección deportiva de Televisa. Algo como esto, pues:


¡Nosotros somos más "belgas" que los belgas! ¿Bélgica qué? ¿No merecemos un mejor insulto?

Dejemos a los muchachos de Top Gear. Todos estaremos de acuerdo en que hacen humor muy irreverente. Irreverente para un asilo de ancianos desahuciados.

El señor Miyagi no los recomienda

Freedom of speech!

Oh, wait. Regresamos a éste de nuevo. Pero de eso se trata todo esto ¿no?.

En ese texto la hice de abogado del diablo (o de García Márquez, que si bien no es el diablo, debe tener aproximadamente su edad y es 768% más aburrido). Señalé que Lydia Cacho se había pasado levemente de tueste al acusar al gabo casi de proxeneta. Bueno, pues hace una semana, a una periodista (Carmen Aristegui) se le ocurrió preguntar en su programa de radio, a propósito de una manta mostrada por un grupo de simios en celo en un bonito performance del congreso, si el presidente de la república es alcohólico. Lo que le costó el despido casi inmediato de su trabajo.

Que la birjensita y todos los santos nos amparen. ¡Aristegui difundiendo rumores! ¡Y eso que dice ser una periodista profesional! ¡Esto no puede quedarse así! ¡Llenemos de indignados y feroces y mal redactados y pésimamente escritos comentarios las notas de los periódicos para manifestar nuestro enérgico repudio!

Hagamos algunas cuantas precisiones, hato de bestias:

  • Pueden estar de acuerdo o no con lo que dice la señora. Si no están de acuerdo, le cambian a la estación. Se llama "libertad de elección". Me cae que no la tienen que escuchar a huevo. Y ella puede preguntar lo que considere pertinente. Malo sería que un periodista no lo hiciera. Por eso ya no existen rivalidades como las de Rousseau y Voltaire, señores.
  • Los dueños de MVS la corrieron alegando un supuesto "código de ética" que supongo existe en el limbo y en sus negros y marchitos corazones, porque hasta el momento nadie lo ha visto. Debe tratarse de un pergamino mítico e inexistente, como el Necronomicón o la biblia.
  • (Un sentido aplauso a quién tomó la inteligente decisión de despedir a la periodista con el mayor rating matutino. Eso, señores, es saber hacer negocios).
  • (Sus mamadas).
  • Señores dueños de MVS: existen unos prácticos disclaimers que los libran de cualquier responsabilidad: antes de cada programa que transmitan, se menciona algo como esto: "las opiniones aquí vertidas son responsabilidad absoluta de quien las emite y no necesariamente reflejan las opiniones de la empresa, pero se incluyen por respeto a la libertad de expresión." ¿Vieron como no son difíciles de redactar? Redáctenlos, grábenlos y péguenlos donde más les convenga. De nada.
  • Hasta donde yo sé, los "códigos" dentro de una empresa no son causales de despido inmediato. Cuando mucho, te hacen una recomendación, y después, si reincides, ya te mandan a comer plátano silvestre. A menos que tu jefe ya quiera enchufarte, por supuesto. En las memorables palabras del gran filósofo mexicano Hugo Sánchez: "es como cuando pones mierda en un ventilador: salpica todo."
  • (No sé a qué venía la cita de Hugo Sánchez, pero es un hitazo).
  • Si consideran que es correcto que un empresario trate de ese modo a sus empleados (empleados a los que, por otra parte, le paga justamente para que den su opinión. No existen los noticieros neutros), entonces son unos jefes muy ojetes o unos empleados muy dejados. Y zoquetes.
De nuevo, el señor Miyagi no los recomienda, tarados.

Y esto nada más respecto al derecho de hacer preguntas. No me gusta generalizar (bueno, la verdad es que sí), pero los comentarios contra Aristegui en los periódicos rayaron en el analfabetismo semifuncional. Y aunque no he estado en twitter, me imagino que fue algo muy parecido. Una joyita que leí por ahí, en alguno de esos comentarios de pasquín, fue algo similar a esto:

"Psss a mí que me importa que el presidente sea borracho... yo he conocido borrachos perfectamente funcionales... y pss prefiero que sea borracho (como buen mexicano) a tener a un pendejo de presidente". -Un pendejo, febrero de 2011.

Como ven, es algo digno de inscribirse en letras de oro o en una placa de mármol en una plaza pública. Estuve tentado a preguntarle su nombre; así podré plantar un árbol en mi jardín, al que nombraré como él, para que de ese modo pueda recordar constantemente su ejemplo de vida (también me gustaría pensar que es una broma mal elaborada y que el autor está malito de su sarcasmo).

No necesitamos a Top Gear para perpetuar el estereotipo del mexicano "entrón y borracho." De eso podemos encargarnos perfectamente nosotros. Por otra parte, me queda perfectamente claro que no entienden la diferencia entre un borracho común y un alcohólico.

(Favor de poner el primer movimiento de la "Primavera" de Vivaldi antes de continuar)

"Alcoholismo (Síndrome de dependencia al alcohol). Es una enfermedad caracterizada por la dependencia al alcohol (duuuuuh). Se consideran alcohólicos aquellos bebedores cuya dependencia de dicha sustancia ha alcanzado un grado tal que presentan trastornos mentales, además de otras manifestaciones que afectan a su salud física, sus relaciones con otras personas o su comportamiento social y económico. Deben someterse a tratamiento especializado."

¿Captan la idea? Su amigo el pedote, ése que cada fin se pone unas guarapetas de campeonato internacional, no necesariamente es un alcóholico en el sentido estricto del término. En su vida diaria, alguien que es perfectamente funcional para trabajar y realizar otras actividades no necesariamente es un enfermo alcohólico (en todo caso, será un alcohólico en tratamiento). En cambio, si deja de hacer cosas importantes y a abandonar responsabilidades de manera continua solo para ponerse hasta las manitas, el asunto comienza a cambiar. Y eso sin tomar en cuenta toda la parte psicológica, como la tendencia a la depresión de estos personajes. Ser alcohólico, como ven, es otro pedo (literalmente).

Muchos dijeron que si el pelón fuera, efectivamente, un alcohólico, es algo completamente privado. No hay tal, maestros. Si el sujeto fuera un abogadillo gris y patético cuya vida a nadie le importa, ese argumento es válido. Solo que resulta que sí, es un abogadillo gris y patético, pero además es el jodido presidente.

"Es que Churchill era alcohólico, y Roosevelt también, we" No sé que parámetros usen para comparar a esos dos con Calderón, pero necesitan unas clases de historia. Aunque tal vez sí se parecen en algo: sus arranques y la poca tolerancia con sus detractores.

"El nauseabundo y humillante espectáculo de este viejo abogado del Colegio de Abogados de Londres, hoy fakir sedicioso, trepando por las ramas del palacio del virrey, para discutir y negociar de igual a igual con el representante del emperador, mientras pone en marcha una insolente campaña de desobediencia civil." -Churchill sobre Gandhi, 17 de Febrero de 1931.

"Cuando volví a mi país natal, después de todas las historias sobre Hitler, no pude viajar en la parte delantera del autobús. Volví a la puerta de atrás. No podía vivir donde quería. No fui invitado a estrechar la mano de Hitler, pero tampoco fui invitado a la Casa Blanca a dar la mano al presidente." -Jeese Owens, sobre lo que sucedió después de triunfar en los juegos olímpicos de 1936. (Es que era un negro apestoso, ya saben).

¿Ya notaron que estoy ocupando cualquier excusa disponible para poner esta imagen?

Los dueños de MVS, en último caso, son libres de quitar y poner a quien quieran. Es su empresa. El asunto, justamente, es si están haciendo algo ético. Oh, la ironía. Me recuerdan a los dueños de muchas universidades privadas, que insisten en ver a sus alumnos como simples clientes, a los que no pueden reprobar porque se les esfuman y pierden dinero, cuando ese tipo de asuntos tienen muchas aristas (me gusta ocupar la palabra "arista". Sueno como intelectual).

Para cerrar esto: ¿han notado que el periódico Milenio se está especializando en columnistas-hígado? Primero Carlos Mota, y ahora Ciro Gómez Leyva, quien tal parece que ya no agarra la onda de nada, absolutamente nada. Está perdido.

Qué te pasó viejo, antes eras chévere...

Oh, un cable de última hora. Mientras escribo esto, Hosni Mubarak, presidente egipcio durante 30 años, acaba de renunciar. Bien hecho. Los egipcios lo lograron. Y no, obviamente no será una transición sencilla, y seguramente habrá más manifestaciones violentas. Repercutirá en el desarrollo económico, sin duda. Esas cosas no importan demasiado. Lo importante es que una sociedad sea lo suficientemente madura como para no permitir que una organización o un individuo se perpetúe en el poder, se llame Díaz, Mubarak, Chávez, Stalin o Franco. No somos niños. Y en algún momento se tiene que crecer. Wake up, sleepyheads.

Crecer, con todo lo que implica. El señor Miyagi sí lo recomienda.